Muchos de nosotros nos hemos levantado algún día que estas ganas repentinas de sustituir el sofá por el deporte para movernos un poco más. Pero, por muy motivados que estemos, si no acompañamos nuestros esfuerzos de unos hábitos nutritivos sanos, no logramos nuestros objetivos.
Para asegurarse el éxito, hay que tomar en cuenta los puntos siguientes:
Acéptalo, pasar a un nivel superior implica sufrir. Sin embargo, existen unas estrategias de nutrición para reducir el dolor muscular y las agujetas, como por ejemplo el jugo de cereza ácida, que reduce la inflamación y el dolor muscular. Tomate un vasito de esta bebida antes de acostarte y notarás sus efectos.
Cuanto más fuerte seas, más fácil te será seguir adelante. Si ingieres unas proteínas después el ejercicio, ayudarás a acelerar la reparación del tejido dañado, y su cantidad depende del tipo de ejercicio que hagas.
Ten en cuenta que, si haces menos de 75 minutos de ejercicio, es muy probable que no necesites comer más de lo habitual, así que no te engañes y no te dejes que la frustración te gane.
El ejercicio físico puede ser una tensión para tu cuerpo si llevas mucho tiempo inactiva, así que cuida tu sistema inmunológico y tomate unos alimentos ricos en prebióticos.
Si haces ejercicio a primera hora de la mañana, cena un poco más la noche anterior y toma un buen desayuno después de entrenar. Si haces ejercicio por la tarde, prepárate un almuerzo bien equilibrado y luego, una buena cena para recuperarte. No comas nada una hora antes de entrenar así tendrás tiempo para digerir.
Se trata de alimentos que ayudan al ejercicio físico, como por ejemplo los huevos, la canela y la cúrcuma. Los huevos son una excelente fuente de proteínas, la canela equilibrar los niveles de azúcar en la sangre y la cúrcuma tiene propiedades anti-inflamatorias.
La deshidratación lleva obligatoriamente al cansancio, así que no olvides de beber, y puedes evaluar tus necesidades de agua calculando tu tasa de sudoración.
Existe un amplio abanico de productos de nutrición deportiva, pero la comida real tiene también muchos beneficios y apoya igual de bien el rendimiento deportivo. Así que no te olvides de ello.
Muchas veces somos demasiado optimistas y en nuestra búsqueda de una vida sana y activa, nos olvidamos de dejar un espacio para la diversión y el placer de comer. El enfoque de comer 80/20 te recuerda que tienes que mantener un equilibrio.
Deja de centrarte en lo que no vas a comer, y céntrate en lo que sí vas a comer. La privación no te llevará al tu objetivo, por lo tanto, date unos pequeños placeres.
Seguir todas las dietas de moda te puede llevar a un desastre. Cada cuerpo es una historia y no podemos olvidar la genética, el estilo de vida y las preferencias alimentarias de cada uno. Hazte un plan a medidas y come alimentos integrales, vegetales, proteínas y grasas saludables.
La recuperación después de un ejercicio físico es la clave el éxito, y eso se tiene que hacer como mucho 30 minutos después del entrenamiento. Así que, según el ejercicio que hayas realizado y su duración, déjate preparado algo rico para comer.
Si tu alimentación no acompaña tus metas deportivas, te aconsejo hacer unos cambios en tu estilo de vida y todo tu cuerpo te lo agradecerá.