Ninguna mujer se escapa del caos que pueden generar las hormonas, y a menudo nos sentimos incluso angustiadas por las reacciones de nuestro cuerpo. Sin embargo, existe una solución muy simple a este problema, y es la comida. Hoy en día estamos abrumados con tantos mensajes acerca de las dietas, las calorías, etc. Pero intentemos simplificarlo un poco y adaptemos nuestra alimentación a nuestro ciclo menstrual.
A continuación, os doy un ejemplo de lo que una nevera puede llevar para ayudaros en este sentido:
Son la fuente de proteína biodisponible más asimilable, además de contener gran cantidad de grasas buenas y aminoácidos, de los cuales son derivadas las hormonas.
Por un lado, los yogures contienen antibióticos que pueden afectar negativamente a tu microbioma, lo que previene el metabolismo de estrógenos. Pero también es una excelente fuente de bacterias buenas.
Las bayas frescas y orgánicas son una excelente fuente de antioxidantes, además de ser potentes estabilizadores de azúcar e insulina en la sangre.
Esta leche sin azúcar y muy rica, es una muy buena alternativa a los productos lácteos.
Esta bebida es una gran bebida de vencer la hinchazón y de reducir la retención de líquidos.
Excelente sustituto de la mantequilla, y fuente de fibra, magnesio, niacina y antioxidantes como la vitamina E.
Una dieta sin gluten puede ser complicada para los amantes del pan, por eso el pan sin gluten puede ayudar a satisfacer los antojos.
Son una gran fuente de ácidos grasos omega-3 y lignanos.
Un par de cucharadas al día de alimentos fermentados ayudan a restablecer la flora intestinal.
Col rizada, espinacas, brócoli, etc., contienen sulforafano fitoquímico, indol-3-carbinol, y D-Glucarato, que son desintoxicantes del hígado.
Son una excelente fuente de ácidos grasos monoinsaturados.
Necesitamos porteinas para producir los aminoacidos que fabrican nuestras hormonas, y una falta de proteinas nos puede causar envejecimiento biologico prematuro.
El pescado salvaje es también una fuente de proteínas de alta calidad, y el salmón y el bacalao están llenos de ácidos grasos omega-3 y aminoácidos esenciales, muy saludables para las hormonas.
Contienen flavonoides y mucha fibra.
Las verduras frescas orgánicas son muy importantes. Los tubérculos y las hojas verdes son muy recomendables durante la fase lútea del ciclo, para apoyar el hígado y mantener una proporción optima de estrógenos.
En definitiva, lo que comes es esencial para el funcionamiento adecuado de las glándulas que segregan muchas de las hormonas que ayudan a mantener nuestro organismo en buenas condiciones. No olvidemos que somos lo que comemos.