3 maneras de calmar mi ansiedad cambiando mi dieta

Si sueles sufrir de algunos problemas, como gastritis, acidez estomacal, ataques de hambres a cualquier hora, etc., ya te habrás dado cuenta de lo frustrante que puede llegar a ser. Si hurgas un poquito, verás que estos inconvenientes pueden ser debidos a tu dieta. Los suministros de energía vienen de forma natural cuando cambiamos a una dieta rica en grasas, moderada en proteínas, y baja en carbohidratos.

A continuación, unos consejos que te pueden ayudar a superar la ansiedad que te generan estos problemas, modificando unos hábitos de tu dieta:

1. Deja de comer cereales.

Los cereales suelen mantenernos a todos en un estado de inflamación contante, aunque es importante señalar que la microbioma de cada persona es diferente y que, por lo tanto, procesamos los nutrientes de una forma que refleja nuestra genética personal. Si dejas de comer cereales durante un tiempo, te darás cuenta de cómo te desinflas, además de recuperar unos niveles de energía muy altos y de dejar atrás las molestias estomacales.

2. No comas demasiado azúcar.

Nuestro cuerpo convierte los cereales en azúcares. Por eso, si comes muchos carbohidratos, cereales y una gran cantidad de frutas muy dulces, estás manteniendo tu cuerpo en un modo que le cuesta procesar. Al dejar los cereales y bajar el consumo de azúcares, verás que tu sistema nervioso parasimpático se convierte en amigo y deja de ser una amenaza constante para tu subconsciente. Por otra parte, tu ansiedad disminuirá y te sentirás más aliviada.

3. Aumenta tu consumo de grasa saludable.

De ninguna manera estoy promocionando una vida sin cereales, sino que hay que equilibrar los consumos de cada familia de alimentos. La regla del 80/20 parece factible y razonable: comer alimentos con contenidos ricos en grasas, moderados en proteínas y bajos en carbohidratos, el 80 por ciento del tiempo. Así quemarás los nutrientes adecuados sin nublar tu mente.

La comida es un aspecto importante y primordial de nuestra identidad, incluso diría que una parte de lo que somos se debe a la relación que tenemos o hemos tenido con la comida. Sin embargo, nada es definitivo, hay que aprender, avanzar y actuar para curar nuestros problemas crónicos que a menudo son causados por nuestros hábitos alimenticios.

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