Ver a una persona sufrir de ansiedad puede asustar e inquietar bastante, sobre todo si se trata de un ser querido. Sin embargo, la ansiedad, los nervios y el malestar son parte de nuestra vida y mucha gente sufre de ello. Lo que hay que hacer es saber cómo gestionarlo desde fuera según la persona afectada ya que, lo que funciona para uno no funciona obligatoriamente para todos.
Desde mi propia experiencia y después de haber tenido mucha ansiedad, os puedo decir que sólo nosotros mismos somos responsables de nuestro bienestar y es importante buscar la receta que nos conviene para estar bien, sea con yoga, meditación, medicina, etc.
Pero eso no significa que no necesitemos la ayuda y el apoyo de nuestro entorno. Por lo tanto, si tú eres esa ayuda que un ser querido necesita, tienes que saber cinco cosas a evitar cuando hablas con una persona con ansiedad:
No es que una persona con ansiedad no quiera ser feliz y relajada, pero no es tan fácil y que se lo digan le hace sentir incomprendida y juzgada, lo que empeora la situación.
Claro que la relajación es buena pero el simple hecho de decirlo sin dar herramientas para lograrlo produce el efecto contrario. Es más efectivo ayudar a la persona en centrarse en su respiración.
La ansiedad puede parecer irracional vista desde fuera, pero decir que es una locura no mejorará la situación. Aunque no entiendas la ansiedad y las razones, este comentario hará sentir peor a la persona que está sufriendo.
Es cierto que la gratitud ayuda a equilibrar la vida, pero la ansiedad y la apreciación son mutuamente exclusivas. La ansiedad no te hace desagradecida, te hace humana, y por eso practicar la gratitud te haría sentir aún peor.
La ansiedad no está sólo en la cabeza, sino también en el corazón y en todo el cuerpo. Una persona que sufre ansiedad no se imagina el dolor, lo siente de verdad y decirle eso es como poner en duda sus sentimientos, lo que provoca que al final se sienta más sola aún.
Al fin y al cabo, es importante sentirse amados y aceptados. Este enfoque es esencial para crear un cambio positivo en cuanto a nuestra relación con esta enfermedad. Por lo tanto, no juzgues y demuestra empatía a la persona que sufre.