¿Has tenido alguna vez un sentimiento no deseado escondido que haya salido en el peor momento? A veces no conseguimos tapar lo que sentimos, sin embargo, tenemos esta capacidad y sólo hay que saber refrescar su espacio interior y crear una actitud alegre en cualquier circunstancia.
Todos nuestros sentimientos están de paso y se van solos, siempre y cuando no los retengamos. Si los ignoras o reprimes, no dejas que sigan su curso. En cambio, si dejas que fluyan y si los expresas por escrito, sin censura, pasarán de tu cuerpo a la hoja de papel.
Si intentas darles forma a tus sentimientos, sea la ira, el dolor, la tristeza o la alegría, podrás procesarlos de manera más productiva. Cierra los ojos, siente la energía de tus sentimientos e imagina el color, el tamaño y la forma que pueden tener. Si lo consigues, entonces tus sentimientos cambiarán de forma automática.
Tu sistema emocional tiene la habilidad de limpiarse solo, pero por eso, tienes que permitírselo. Mueve tu consciencia hacia tu corazón y siente las emociones que llegan a tu consciencia. Este ejercicio te permitirá sentirte limpio.
Cierra los ojos y visualiza la imagen de alguien seguro, cariñoso y poderoso, y recibe a esta persona. Te traerá una sensación de felicidad.
Deja que se vaya lo que no quieres y podrás así atraer a lo que sí quieres. Recuerda que cuanto te resistas, más atraerás a lo que no quieres, y acabarás sintiendo emociones que no querías. Por lo tanto, tienes que hacer espacio para que te lleguen los sentimientos que tanto deseas.
Ten compasión y amor propio, y aprende a perdonarte los errores. Sin eso, los sentimientos negativos no se irán. Incluso, le puedes escribir un mensaje de amor y comprensión a tu lado más vulnerable.
Es normal sentirte triste o de mal humor a veces, pero tienes que esforzarte para que estos sentimientos no se queden demasiado tiempo en tu cuerpo, y que dejen lugar a la alegría y felicidad.