Ayer, mientras desayunaba en Florencia un panini de prosciutto con un capuccino descafeinado con leche de soja… Sí, lo sé, hubiera sido más fácil pedir a un elefante que me hiciera un cortado, pero ¿qué le voy a hacer si soy así?.

Estaba desayunando este híbrido de café tan rico que preparan en Italia y leí un post sobre de las relaciones que me hizo reflexionar. Para colmo, recordé una charla que había tenido con un amigo hacía poco mientras cenábamos, poniéndonos al día de varios temas, uno de ellos como no podía ser de otra manera “el amor/ sexo”. Até cabos, mi cabeza entró en ebullición y sentada en el escalón de una puerta, cerca de la Piazza del Duomo, escribí este post… dedicado a mis “corazones locos”.

El post comentaba, por qué son tan inestables las relaciones últimamente y contenía los siguientes motivos:

  • No querer una relación.
  • Lío entre amor y sexo.
  • Interés por los temas materiales.
  • Poca paciencia.
  • Nuevas tecnologías como canal.
  • Pereza.
  • Libertad sexual (Gracias a Dios -este comentario es mío-).
  • Lógica que paraliza la toma de decisiones.
  • Pasado que ha dejado traumas.
  • Desvalorización de las relaciones.

Aunque estoy de acuerdo con la mayoría, prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones y si os apetece, me encantaría que las compartierais.

En cambio, sí voy a tocar uno de los puntos, el tema de la tecnología es delicado. En mi entorno tengo opiniones encontradas, a favor de conocerse a través de ellas y otras en contra. Mi opinión es “feel free” y haz lo que te pida el cuerpo, como la cirugía estética, si te hace sonreír y no “se te va de las manos”, do it!… Solo comentaré un aspecto negativo y uno positivo.

Negativo: ir de “shopping” crea necesidades extras, hace que veas cosas que no necesitas y al final peques, como diría mi abuela: “a buen entendedor, pocas palabras faltan”.

Positivo: ¡No hay que salir de fiesta para conocer gente/ ligar! ¿no os parece la mejor ventaja de la historia en cuanto al “ligoteo” se refiere?. Cuando sales a tomar algo te sientes libre, puedes hacer el bobo, lo que te apetezca con tus amigas. Incluso bailar “los pajaritos” -de María Jesús y su acordeón- en medio de la pista por el efecto del “Jager” sin importarte un pimiento lo que piensen los demás.

No hace falta estar hasta las 1.000 “de postureo” en el local de moda, con los tacones y su posterior dolor de pies. Ese dolor que todas conocemos, ese que al día siguiente cuando ves los tacones tirados en el suelo, les echarías sosa cáustica y tu cuerpo solo te pide ponerte unas “sneakers” (traducción: “bambas/ playeras” de las de toda la vida pero más “cool”).

Maquillada como en “Avatar” que ni el “Kh7” disuelve esas manchas. Agotada y pisoteada por algún “gañán/ Bigfoot” que te deja el dedo meñique como el de un dibujo animado.

Con el “microestilismo” que en vez de tapar o estilizar, está especialmente diseñado para enseñar “lorzis” o carne según se mire. El mismo estilismo con el que sales a la calle “criogenizándote” para poder fumar.

Esperar en la fila de la entrada del local, del ropero, del baño, de la barra para que te den “garrafón” a precio de Champagne, la del taxi (yo, yo, yo le paré el taxi… yo, yo, yo, yo, yo le paré el taxi…) y demás filas -confieso que soy más “del último de la fila”-.

Y ese momentazo de ir al baño de chicas, señores, de verdad se preguntan ¿por qué vamos juntas? sencillo, muy sencillo, no es para hablar de ustedes, ¡qué graciosos! es un tema de logística y operaciones.

1- La fila del baño de señoras> Cuando una amiga decide ir al baño se la acompaña, siempre se piensa: “ahora no tengo ganas… seguro que en un rato sí, pues aprovecho” por si luego te entran ganas y debido a la gran cantidad de gente, la situación se convierte en un “vive o muere”. Dicen que la vejiga humana es más flexible que Nadia Comaneci (secreto: uno de mis ídolos de infancia).

2- Momento no cierra la puerta del baño> Estimados señores de I+ D y digo señores, porque seguro que una señora sabe de qué estoy hablando, ¿cuándo van a inventar el pestillo eficiente? Para eso también cuentas con tu amiga, te ayuda a cerrar esa maldita puerta que siempre se abre, menos cuando quieres abrirla y se ha atascado el “F******” pestillo.

3- Momento papel higiénico> Querido Iker Jiménez, me invade una duda existencial y paranormal, ¿por qué nunca hay papel en los baños? ¿creéis que el “micromodelito” lleva un “kleenex” incorporado?  De nuevo tu amiga te ayuda y lo busca entrando en el baño de señores cual pantera rosa.

Podría seguir contando muchas situaciones curiosas, en cambio, volveré al tema anterior que es realmente lo que os quería contar. Lo haré en femenino porque me es mucho más fácil y tiene su punto, aunque señores, seguro que os ha pasado algo similar y os lo dedico también.

Llega ese momento en el que miras el reloj, son las 3 de la madrugada y estás pensando si liarla parda tomándote otro chupito de “Jager” o irte a casa. De pronto, mientras estás hablando con tu amiga, se te acerca el “motivado” de turno, le voy a bautizar así, que me viene al pelo, ojo, con todo mi cariño a los “motivados” y te dice: “morena, ¿vienes mucho por aquí?”.

¡¡¡¡OLE, OLE Y OLE!!!!

¡Qué elocuencia, qué perspicacia, qué imaginación, qué saber estar, qué gracia, que arte, qué estilo, qué labia, qué morbo! (¡Ay!… voy a parar, que me vengo arriba como Jose Luis Moreno en Noche de Fiesta, cuando presentaba a Bertín Osborne o Julio Iglesias).

Y sobre todo qué motivación, has estado viendo cómo ha dicho la misma frase a todas las señoras que se le han cruzado, cambiado el morena, por todas las tonalidades posibles de cabello teniendo en cuenta hasta “el balayage”.

Después de este pequeño prólogo, diré que la tecnología es todo ventajas en cuanto al ahorro de tiempo en el arte de ligar.

Dejando el humor aparte, hay algo que el post antes citado ha omitido y para mi es crucial, por lo menos en mi entorno, ya sea masculino como femenino.

¿Nos conocemos?

Seré más concreta, ¿nos conocemos realmente (a nosotros mismos)? no entro en de dónde venimos y demás, solo pregunto ¿nos conocemos?.

Veo que poco y aún así, nos metemos en relaciones que desde el principio sabemos que no son lo que queremos. ¿Por qué? aparte de los motivos arriba mencionados, muchos más que se me ocurren “a bote pronto” y como soy “rubia de bote” cuidado:

Por probar, porque es mono, porque me trata bien, por soledad, porque se lo “curra”, porque sí, ¿por qué no?, porque cambiará, por aburrimiento, por dinero y seguridad, por mi familia, porque le conozco de toda la vida, porque es bueno, porque está hecho polvo, porque tiene el puntito “canalla”, porque mola su coche, porque estaba borracha, porque está casado, porque no busco nada serio, porque me pone… y seguro que si pienso, salen más.

Y si miramos en nuestro interior ¿sabemos estar solos, tener la suficiente paciencia en conocer a alguien por el que “vivir de amor” no “morir de amor” -¡qué pesadilla con el drama!- y una vez le conoces ser valiente? Y cuando digo valiente, no hablo de “Gladiator”, sino de saber que aparte de las luces, van a salir las sombras ¿y aún así querer vivirlo?.

¿Sabemos disfrutar con nosotros mismos, crear y valorar otro tipo de relaciones, observarnos, vernos en los demás, tanto nuestros aspectos positivos como áreas de mejora y enfrentarnos a ellas o integrarlas?.

¿Nos ilusionan nuevos viajes, desayunos con tiempo, libros, deportes, conversaciones, botellas de vino con queso, atardeceres, pelis y pizzas -hasta el tamaño de las pizzas es para estar acompañada-?.

¿Disfrutamos paseando por nuevos lugares y solo pensar en qué nos apetece realmente a nosotros? y cuando lo tenemos, parar, parar y parar, sin tristeza o melancolía por no compartirlo con otras personas.

¡Basta!.

Creo que no nos conocemos y lo poco que así es, lo maquillamos para adaptarnos a relaciones mientras estamos en la fase de conquista “pavo real”, creyendo que eso es justo lo que hay que hacer. Pasada dicha fase, surge nuestro yo, al fin somos nosotros y aunque deberíamos de estar felices, llegan los desamores. El problema reside en que en algunos casos hemos interpretado un papel y algunas veces, diría que con una merecida estatuilla. El resultado final, es que nos damos cuenta de que estábamos “colados” de un ideal.

El motivo de todo este dolor no es el otro, no es un “cerdo” y demás halagos, sino nosotros mismos.

¿Dónde está el enamoramiento por nosotros mismos? ¿cómo encontrarlo y compartirlo con otros? Una lástima que en el “cole” se pierdan tantas horas en estudiar “a capón” tantas asignaturas, en vez de profundizar en estos temas que aportan inteligencia emocional y nos hacen personas sanas. Sí, personas, en mundo en el que últimamente parece que hay de todo, excepto personas.

¡Me paro! ¿por qué no bajar de este bucle comercial? promuevo el disfrute cada día, soy muy “disfrutona”, pero ¿para qué complicarlo con el inicio de relaciones basadas en un ideal no en una realidad desde tu yo, no desde tu ego?.

¡Amigos de la BIO, sé lo que me vais a decir, todo tiene su para qué y en este caso, sé que es un aprendizaje anexo!.

Ahí va mi aprendizaje:

¡El amor es para valientes!, lo leí el otro día en uno de los libros románticos de una famosa escritora y estoy totalmente de acuerdo.

¿Quieres enamorarte? pues mírate al espejo y empieza.

 

Celeste García
Follow me

Celeste García

Autora de El Blog de Celeste at El Blog de Celeste
De día, profesional del marketing online; De noche, blogger empedernida.
A los 3 Menorca, a los 4 Formentera, a los 10 Madrid, a los 32 Chile, de nuevo Madrid y picoteos varios en otras ciudades y países.
Ser nómada engancha.
Celeste García
Follow me

Latest posts by Celeste García (see all)

Spread the love!
Celeste García
Celeste García
De día, profesional del marketing online; De noche, blogger empedernida. A los 3 Menorca, a los 4 Formentera, a los 10 Madrid, a los 32 Chile, de nuevo Madrid y picoteos varios en otras ciudades y países. Ser nómada engancha.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *