¿Sabes que necesitas hacer deporte y te gustaría crear un hábito de ejercicios por la mañana, pero prefieres dormir que despertarte a las 6? En este post, te ayudaré a establecer poco a poco una rutina con algunos tips muy útiles.
Ponte primero un objetivo alcanzable. Un día a la semana durante 4 semanas, levántate una hora antes de lo habitual y ve al gimnasio. Un día puede parecer poco, pero le permitirá a tu cerebro cumplir y acostumbrarse.
Si haces ejercicio en casa, es muy fácil oír el despertador y apagarlo para seguir durmiendo. Sin embargo, si ya has pagado una mensualidad en el gimnasio, no querrás perder ese dinero invertido y te sentirás obligada a levantarte.
Después de hacer ejercicio, tu cuerpo libera endorfinas que te crean una sensación de bienestar increíble. Tomate un tiempo para realmente sentir ese momento y tomar conciencia de cómo se sienten tu cuerpo y tu mente. Te producirá incluso más placer que el hecho de dormir una hora más.
Al levantarte una hora más temprano y hacer ejercicio antes de empezar con cualquier otra actividad, se estructura mucho más tu mañana, desayunas con más tiempo, estás menos estresada durante el día y tu nivel de energía se multiplica. A lo largo de todo el día, párate algunas veces para tomar conciencia cuanto han mejorado tus días.
El hecho de comentar a tus compañeros tu nuevo propósito te pone en una especie de compromiso ya que sabes que cada semana te preguntarán cómo ha ido tu clase. Eso te mantendrá motivada para seguir adelante.
Después de 3 o 4 semanas, ya te darás cuenta que los pros pesan más que los contras y verás que no te molesta tanto levantarte una hora antes ya que el resultado te compensa. Así que podrás pasar de un día a dos o tres días a la semana sin que el cambio te sea demasiado difícil.
Ponte un objetivo final, y una vez lo hayas alcanzado, permítete un lujo y date una recompensa. Puedes por ejemplo regalarte una limpieza fácil, una manicura o un nuevo par de zapatos. Con un sistema de recompensas, estarás más motivada aún para no dejarlo.
Nunca es tarde para hacer un cambio y ponerse a hacer ejercicio, así que no lo dudes y empieza ya a crear un hábito saludable. Tanto tu cuerpo como tu mente te lo agradecerán.