Errores que todos cometemos con las dietas y el ejercicio

Hoy en día, la gran mayoría de las personas ya ha hecho en algún momento de su vida una dieta para verse mejor. Pero ¿existe realmente LA dieta perfecta y válida para todos? ¿Se trata, como muchos piensan, de comer orgánico, bajo en grasa, azúcares y carbohidratos? La respuesta a estas preguntas no es tan evidente y vamos a aclarar algunos puntos.

Cuando se trata de dietas, es importante no olvidar que entran muchos factores en juego, factores que varían de una persona a otra. No sólo hay que considerar la altura y el peso de la persona, sino que también hay que tener en cuenta el historial. Es decir su edad, si practica deporte de forma habitual, si tiene antecedentes médicos, alergias, los gustos, etc. Todo eso puede parecer obvio, pero a veces da la impresión de que la industria de la salud se olvida de ello.

Lo que hay que entender es que una misma dieta no puede ser buena tanto para un hombre de 40 años que no hace nada de ejercicio que una mujer de 25 que va al gimnasio cada día. Es evidente que la dieta va a depender de la rutina de cada uno y lo que es bueno para uno no lo será necesariamente para otro, o incluso puede ser mala.

Por otra parte, las dietas y la actividad física tienen que acompañar el momento de la vida en el que uno se encuentra. Es decir que una vez hayamos encontrado nuestro plan, lo tenemos que ir adaptando a lo largo de nuestra vida, porque el cuerpo cambia y, según la edad, tiene necesidades diferentes, tanto a nivel alimenticio como físico. Por ejemplo, las clases intensivas en el gimnasio que hacías con 20 años podrán ser sustituidas por yoga y meditación con 30 o 40 años.

Con todo eso, es importante también no olvidar el placer, este pequeño detalle del que nos olvidamos al obsesionarnos con nuestro físico. Se puede perfectamente llevar una vida y una dieta sanas, sin tener que resistirnos al plato estrella de nuestro restaurante favorito, eso sí, de vez en cuando. Una pequeña debilidad no mata a nadie y la vida está para disfrutarla, porque la obsesión y el estrés suelen conducir a enfermedades.

Por lo tanto, sea cual sea tu metabolismo y tu objetivo, lo clave es encontrar un equilibrio entre tu vida y tu alimentación. Ser sano te ayudará a ser más feliz también. Así que ¿por qué privarse?

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