La importancia de programar un “tiempo de preocupación” cada día

El estrés y la ansiedad son unos de los temas más actuales en nuestra sociedad y no creo equivocarme si digo que todos hemos pasado en algún momento por ello, sea por culpa del trabajo, de los hijos, de la pareja o de los problemas económicos. Unos estudios han demostrado que, en realidad, nuestros problemas no son la causa de nuestro estado emocional, sino que está causado por pensamientos internos de preocupación, lo cual es simplemente un patrón particular de pensamiento. Al aprender a modificar este patrón, podemos simplificarnos la vida.

4 maneras de modificar nuestro patrón de pensamientos:

1. Conviertete en la audiencia.

En vez de dejar que tus pensamientos te consuman, da un paso atrás y mirarlos desde fuera. Analiza los pensamientos preocupantes desde otra perspectiva, sin juzgar ni etiquetar. Se trata de un pensamiento negativo y sólo te estás preocupando, nada más, así que déjalo ir.

2. Vive el aquí y ahora.

Muchos de nuestros pensamientos negativos se deben a que proyectamos nuestra mente hacia el futuro e imaginamos que irá mal, lo cual nos crea miedo y ansiedad. Si nos quedamos en el presente, no damos pie a este miedo. Por eso, respira hondo, busca cinco cosas alrededor de ti, toca cuatro objetos, huele tres de ellos, escucha dos sonidos y prueba uno.

3. Deja las preocupaciones a un lado.

Programa una alarma, por ejemplo, a las 20:00 y nómbrala “hora de preocupaciones”. Así, si un pensamiento preocupante te llega a lo largo del día, di “ahora no es el momento, ya lo pensaré cuando soné la alarma”. Al principio, el rato de las preocupaciones dudará media hora, y lo irás reduciendo hasta que dure 30 segundos y que te parezca absurdo sentarte y preocuparte.

4. Prueba la meditación.

Cuando llegues a tu tope de ansiedad, prueba el ejercicio de meditación siguiente. Pon una mano delante, palma hacia arriba. Con el índice de tu otra mano, sigue el contorno de cada dedo, inhala al subir la línea, mantén tu respiración cuando estés en la punta del dedo, y exhala al bajar la otra línea. Cuando termines con el último dedo, haz lo mismo en el sentido contrario.

La próxima vez que te despiertes en mitad de la noche con pensamientos obsesivos, pon en práctica estas herramientas hasta que consigas controlar tu ansiedad y estar más tranquila y feliz.

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