Cómo meditar si no puedes estar quieta

¿Te cuesta sentarte y no moverte para meditar? No pasa nada, no hace falta permanecer sentada para una sesión de meditación. Puedes abrir tu tercer ojo y ser tan consciente en movimiento como quieta. Sólo se trata de ser más consciente y tener la mente clara.

1. Convierte tu paseo diario en un paseo consciente.

Siempre que puedas, camina en contacto con la naturaleza, céntrate en tu respiración mientras caminas. Luego, toma consciencia de tu cuerpo y de tus pies en contacto con la tierra, y nombra todo lo que ves a tu alrededor. Eso te permitirá tener toda tu atención en el momento presente.

2. Calla tu voz interior con un baño terapéutico.

Nadar es una forma natural de meditar. El agua tiene verdaderos poderes terapéuticos y relajantes. Céntrate en el agua sobre tu piel y en los movimientos de tus piernas y brazos.

3. Disfruta de una conexión mente-cuerpo a través de la danza.

La terapia del baile siempre ha sido utilizada. Permite conectar el cuerpo y la mente, además de reducir la ansiedad. Los diferentes ritmos de la música te ayudan a conectar con tus emociones y sentimientos.

4. Practica yoga.

Una de las practicas más antiguas y más eficaces de meditar es el yoga. Te permite crear una conexión entre tu mente y tu cuerpo gracias a unos movimientos suaves.

5. Cántale a tu corazón.

Es casi imposible oír la ansiedad cuando cantas, sobre todo en una clase de yoga. Sube el volumen de la radio y canta con todo tu corazón y tu alma. Los beneficios se harán notar enseguida y disfrutarás mucho.

Tal vez estar quieta no sea lo tuyo, pero no es ninguna excusa para no meditar y beneficiarte de todos los poderes de la meditación. Así que manos a la obra e prueba todas las otras opciones que tienes.

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