Cuando hablamos de embarazo, siempre pensamos en él como un proceso maravilloso, los cambios del cuerpo, la intimidad que se crea en la pareja y, en fin, en la increíble experiencia que es. Pero con el embarazo, también empieza una serie de consejos no solicitados por parte de todo el mundo, y no solamente la familia y los amigos. Es como si, de repente, todos fueran expertos en el tema y estuvieran obligados a contar su historia. Entiendo que los consejos vienen con buena intención, pero a veces es mejor no hacerles caso y aprovecharlos para crecer.

A continuación, los cuatro comentarios más oídos:

1. “Tu cuerpo se va a estropear”.

Claro que tu cuerpo no será el mismo, y de hecho siempre cambia. Estamos en evolución permanente tanto mental como físicamente, ¿no? En vez de agobiarte con eso, piensa que lo que le está pasando a tu cuerpo es un milagro y que por fin tienes el pecho con el que siempre has soñado. Tal vez sea diferente después del parto, pero muchísimas madres están sanas, felices y en plena forma después de tener hijos.

2. “Dila adiós a tu vida sexual”.

La gente se mete a menudo dónde nadie les llama, es así. La actividad sexual de una pareja depende de su bienestar emocional, de la intimidad y de la comunicación que tengan. Si quieres sexo, lo tendrás, y si no, no tienes porqué disculparte por ello. El sexo es una práctica espiritual que permite cultivar y aumentar la energía creativa y vital. Por eso, no se limita siempre al coito, sino también a la energía que nutre la intimidad y la sensualidad.

3. “No comas eso, no hagas lo otro”.

Cuando estás embarazada, eres responsable no sólo de tu nutrición, sino también de la de tu bebé, y eso genera muchos comentarios sobre lo que debes y no debes comer. A pesar de todo, lo importante es mantener un estilo de vida saludable y no provocar cambios radicales, no es el momento. Deja que los demás hablen y mientras tanto, mantén una alimentación equilibrada y rica en nutrientes que tu bebé y tú necesitáis.

4. “El parto es la experiencia más dolorosa que jamás vivirás”.

Tal vez sea mejor hacerte la sorda con estas conversaciones. Si te centras en el dolor que el parto te provocará, transferirás este dolor a tu bebé. El dolor es una cosa, pero tu relación con el dolor es otra, así que, en vez de dejarte invadir por el dolor, piensa en él como una sensación y cámbiala en una energía que te ayudará a la hora del parto y después. Transforma el miedo en una de las experiencias más poderosas de la vida.

Al fin y al cabo, por muchos comentarios que te hagan, sólo se trata del vínculo que tú estás creando con el pequeño ser que llevas dentro. Puedes elegir coger lo que ves conveniente y deshacerte de lo que sobra. ¡Disfruta la experiencia!