No volverás a tener pesadillas con estos 3 consejos

Una pesadilla es un sueño que te causa miedo y/o ansiedad y del que te despiertas habitualmente con mal cuerpo. Las pesadillas no suelen llegar por casualidad, sino que están liadas a un trauma o una situación estresante que te niegas a reconocer o aceptar.

Unos estudios sobre el tema han demostrado que las personas que tienen pesadillas con regularidad, tienen en general unas historias familiares problemáticas, sufren de enfermedades mentales o tienen relaciones inestables. Y curiosamente, las almas creativas son más propensas a tener pesadillas.

En todo caso, las pesadillas son una carga emocional que almacenamos en nuestros chakras y centros de energía, y que desborda cuando estamos dormidos y nos provoca más estrés aún. En definitiva, las pesadillas indican un miedo o un dolor que tenemos que admitir, enfrentar y sanar.

Si estás deseando luchar contra tus pesadillas, lee atentamente mis 3 consejos:

1. Come alimentos fáciles de digerir.

Ciertos alimentos como el queso o el alcohol pueden fermentar en nuestro sistema digestivo, rompen nuestro ciclo de sueño y provocan un sueño un poco nervioso. Eso hace que tu mente esté mucho más activa y pueda tener pesadillas. Así que cena ligero para una digestión fácil.

2. Protégete con baratijas y talismanes.

Una pequeña fuerza a tu lado te reconfortará e impedirá que tu sueño sea invadido por pesadillas. Existen muchos objetos espirituales para protegerte, como por ejemplo atrapasueños o cristales. Pon alguno debajo de tu almohada o en tu mesita de noche y tendrás un sueño reparador.

3. Crea un espacio seguro.

Es esencial no ir a la cama en un estado de estrés y pensando en todo lo que tendrás que hacer al día siguiente. Tienes que crear un ambiente que le permita a tu mente desconectar y relajarse. Puedes por ejemplo escuchar música tranquila o usar los poderes de unos aceites relajantes, como la lavanda, la madera de sándalo o el ylang ylang. Cualquier cosa que te permita relajar tu mente antes de dormir.

No olvides, lo más importante es ir a la cama relajada, con el estómago ligero y en un ambiente en el que te sientas segura.

 

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