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Reglas y frutas
Hoy en día existen varias opiniones sobre el consumo de la fruta. Están los que dicen que son imprescindibles en una dieta equilibrada, y cada vez más están lo que creen que la fructosa provoca unos niveles altos de triglicéridos y otros lípidos culpables del síndrome metabólico y enfermedades del corazón. En realidad, la fruta es muy saludable y excelente en la dieta del deportista siempre y cuando sigues las reglas siguientes:
1. No comas fruta para cargar las pilas.
Se ha demostrado que, para un entrenamiento óptimo, las reservas de glucógeno muscular se tienen que reponer cada día. Para un deportista, eso significa un consumo de carbohidratos diario de 500-600 gramos. Sin embargo, eso no implica llenarse de fruta antes del entrenamiento. Aunque el hígado pueda metabolizar la fructosa en glucógeno, la fructosa no crea reservas de glucógeno, pero eso, es mejor elegir otros alimentos ricos en glucosa como el arroz integral.
2. La fruta es una buena opción después del entrenamiento.
Aunque no sea lo mejor antes de hacer ejercicio, sí te aporta los nutrientes necesarios para recuperarte después. Echa algunas frutas del bosque en tu batido y te aportarán las vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes que tu cuerpo necesita.
3. Intenta comprar orgánico.
Siempre que puedas, compra fruta orgánica, o por lo menos fruta con la menor cantidad de pesticidas posible.
4. Evita los impostores.
Los zumos, las mermeladas y los frutos secos son impostores y no cuentan como frutas. Contienen mucho azúcar, químicos y colorantes. Por lo tanto, nunca podrán sustituir a una pieza de fruta.
5. Consume fruta con menos azúcar.
Todas las frutas son deliciosas, pero algunas como la uva, el mango y los plátanos son muy ricas en azúcar. Por eso, es mejor privilegiar las frutas del bosque, el aguacate, las aceitunas y la coco, que contienen menos azúcar y más fibra.
6. Combina fruta y proteína o grasa.
Para evitar un aumento de fructosa y para absorber mejor los nutrientes, las frutas se tienen que combinar con proteínas y grasas saludables, como por ejemplo unas rodajas de manzana con mantequilla de almendras, una naranja con unas almendras crudas, o unos arándanos en un yogur griego sin azúcar.
7. Deja de caer en los extremos.
La fruta no es ningún demonio, pero tampoco es el comodín para cualquier momento. Si sabes encontrar el equilibrio, la fruta de aportará los nutrientes, la fibra y las pocas calorías que necesitas.
Ahora que conoces las reglas de oro, disfruta de las frutas que te ofrece el verano y sácales el mejor partido.
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