¿A quién no le gusta empezar el día con un café? Es cierto, esta rica bebida es, en nuestra sociedad, el mejor amigo de la mañana. Nos ayuda a despertarnos, a levantarnos el ánimo, e incluso a arrancar nuestro metabolismo. Se trata de una sustancia mágica cuyos beneficios son muy numerosos:
La cafeína aumenta los niveles de la hormona epinefrina y también de la adrenalina en la sangre. Luego, la epinefrina manda el mensaje de descomponer la grasa y la libera en forma de ácidos grasos. Esta reacción sirve de combustible y por lo tanto mejora la resistencia física.
Recientemente, se ha demostrado que consumir cafeína antes de entrenar permite levantar más peso y aguantar durante más tiempo, ya que la cafeína ayuda a aliviar el dolor muscular y a que los músculos no se cansen tan rápido.
La cafeína bloquea un neurotransmisor llamado adenosina y al hacerlo, activa las neuronas y libera neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina. Este proceso afecta positivamente la memoria, el humor, la energía y toda la función cognitiva. Trabajamos mejor cuando estamos de buen humor, ¿no?
Consumir cafeína antes de entrenar aumenta el número de calorías que quemas. Por otra parte, la cafeína también corta el apetito, lo que ayuda a perder peso.
Este efecto disminuye con la edad y también varía en función de cada uno, pero la cafeína acelera el metabolismo, incluso si no estás activa.
Por lo tanto, la cafeína te ayuda a aguantar más durante el esfuerzo físico, y sobre todo si te tomas un café una hora antes de entrenar. Sin embargo, no olvides los efectos segundarios de la cafeína (ansiedad, nerviosismo, insomnio, etc.) y modera su consumo.